Al ver las imágenes de las principales avenidas de las ciudades del país es evidente que la cuarentena está concluyendo gradualmente por decisión de los ciudadanos más que por decisión del ejecutivo. Esto definitivamente incrementará el factor R (número de personas a las que en promedio puede contagiar un infectado del Covid-19) que según indica el economista Waldo Mendoza pasó de un inicial 3 a un 1.2 y ahora subiendo a 1.3.

La reacción inicial del gobierno permitió evitar la gran ola de contagios que rápidamente hubiera colapsado el sistema de salud y elevado considerablemente el número de víctimas del COVID 19. Sin embargo, al transcurrir de los días está evidenciando la perdiendo eficacia en la capacidad de controlar los contagios; así como en la capacidad de hacer cumplir las medidas dispuestas por el ejecutivo.

Los casi 45 días que ya lleva la cuarentena debió permitir alcanzar los siguientes objetivos: a. Evitar la gran ola de contagios inicial –disminuir el factor R- . b. Elevar la capacidad de respuesta de sistema de salud. c. Adquirir pruebas masivas que permitan gestionar la crisis.

De estos 3 objetivos se logró el primero, el segundo aún no lo sabemos y el tercero parcialmente.

Considero que la última ampliación de la cuarentena ha sido un error por la forma en la que se hizo, dado que no se consideró la presión económica que sufren las familias más vulnerables del país, para quienes los subsidios de emergencia del gobierno no son más que noticias del periódico. El gobierno no ha podido llegar al grueso del sector informal que es el más vulnerable.

El gobierno debió y debe promover el reinicio quirúrgico de actividades en el país con la finalidad de dotar de eficacia a sus medidas y permitir el control de los indicadores de contagio de COVID 19; y esto debe realizarse en función al factor R regional. Es decir donde el factor muestre mejores indicadores se debe reiniciar las actividades con mayor amplitud; por otro lado cuanto más alto sea el factor R se debe tomar mayores restricciones.

Para que el reinicio quirúrgico de actividades sea eficaz desde el punto de vista sanitario es indispensable considerar 2 medidas: A. El cierre total de las vías de comunicación interregional y entre las principales ciudades. B. El empoderamiento de los gobernadores regionales y alcaldes.

Es indispensable que el gobierno asuma que las medidas de carácter nacional ya no son eficaces desde un punto de vista sanitario y holístico del problema; y que ahora se requiere del protagonismo ejecutivo de las autoridades subnacionales, a quienes se debe empoderar y dotar de las herramientas necesarias para una adecuada gestión.

Esto permitirá una sana competencia entre los equipos de gestión de los gobiernos regionales y en caso no alguno no estuviera a la altura de la circunstancia se deberá abordar el problema desde la instancia nacional.

Como indique en un artículo anterior, estamos frente una batalla de desgaste y se requiere descentralizar la gestión de la crisis.

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