A veces me pregunto cuán incomoda debe resultar la libertad de prensa para los gobernantes y cuán fuerte debe ser la tentación de silenciar a más de uno y evitar así el sostenido y duro escrutinio periodístico al que son sometidos los gobernantes.
Durante varios meses he estado observando la relación con el poder de dos importantes medios de comunicación nacional: La República y Diario Expreso, y es muy fácil identificar sus posturas respecto al poder llegando al punto de hacer invisible una labor objetiva de análisis de la gestión.
Haga lo que haga el Presidente Vizcarra será aplaudido por La República y criticado ferozmente por Expreso. ¿Cuáles son las dinámicas que motivan está conducta? Quizá la respuesta pueda encontrarse en los estados financieros de los medios y de manera más explícita y simple en la publicidad estatal que reflejan sus páginas.
La libertad de prensa tiene muchas presiones para ser deficiente y la más grande de todas es la mercantilista donde el poder termina por comprar la opinión de periodistas e incluso la línea editorial del medio, con lo cual se inicia el círculo vicioso de la tergiversación de la información y su oscurecimiento. De la misma manera, como todos los oficios y profesiones el periodismo también es afectado por el nivel profesional de quienes lo cultivan y sus degeneraciones éticas que empujan hacia la tergiversación de la información desde otro núcleo pero en la misma dirección.
La prensa libre no es perfecta y no lo será jamás, pero ello no debe llevar a restringirla; debido a que su ausencia es dañina para la sociedad y ampliamente favorable para vicios mayores como la corrupción y el totalitarismo.
¿Por qué las dictaduras se esmeran tanto en silenciar a la prensa? Quizá la respuesta tenga que ver con la transparencia en la gestión del poder y el manejo de los recursos públicos. Para nadie es secreto que una de las prácticas más comunes de los regímenes dictatoriales es el oscurantismo en el manejo de la información y el acallamiento de las voces críticas al gobierno; que permite una gestión menos expuesta y facilita el círculo vicioso provocado por las miserias humanas en relación al poder.
La prensa libre ha sido siempre víctima de las dictaduras y prueba de ello es lo que ocurre en países como China, Cuba, y Corea del Norte en donde toda comunicación pasa por filtros estatales antes de ser publicada, los hombres de la prensa libre silenciados y como consecuencia de ello la verdad de los hechos termina sepultada para dar origen a la verdad oficial.
La libertad de prensa es uno de los pilares más importantes de una sociedad democrática dado que alienta la pluralidad de puntos de vista, el análisis crítico del gobierno, empodera a la ciudadanía y ejerce presiones para fomentar la transparencia y la eficiencia en la gestión.
Cuando la prensa deja de ser crítica al gobierno, es una clara señal de que dinámicas inadecuadas están ganando terreno.
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