LATAM AIRLINES es una multinacional chileno-brasileña que durante la mayor parte del siglo XXI se ha constituido indiscutiblemente en la empresa líder de transporte aéreo en toda sudamérica, condición que se afianzó luego del proceso de fusión que atravesaran la chilena LAN y la brasileña TAM el año 2012, y que permitió su señorío en prácticamente todos los cielos al sur de Panamá.

En el mercado de transporte aéreo peruano participa de un mercado oligopólico junto con un puñado de empresas en el sector; sin embargo su cuota de mercado supera el 58% del mercado nacional constituyendo una estructura de mercado de líder y seguidores.

El crecimiento del sector en los últimos años se ha visto limitado por la infraestructura aeroportuario del país cuyos principales terminales el Aeropuerto Jorge Chavez y Alejandro Velazco Aztete  están prácticamente colapsados.

Las limitantes de infraestructura, la burocracia en el MTC, los impuestos (que constituyen casi el 50% del pasaje) y la conducta empresarial de esta empresa no han permitido el desarrollo del sector, sin embargo el sector ha seguido creciendo en el Perú por el gran potencial que presenta.

Hace un par de días los portales de negocios en el Perú aparecieron con el siguiente mensaje relacionado a la compañía: “Latam Airlines advierte que solo tiene caja para sobrevivir 3 o 4 meses”. Inmediatamente llegó a mi cabeza la pregunta ¿A quién va dirigida la advertencia? Imagino que a sus propietarios, me respondí.

No tengo la menor duda que la empresa debe estar atravesando una crisis de liquidez y como indica su directivo debe permitir cubrir sus costes fijos por 3 o 4 meses; sin embargo y debo decirlo con total claridad: Ese no es asunto nuestro; por lo tanto haría muy mal el MEF en involucrar fondos de todos los peruanos contribuyentes en un plan de salvataje u otro destinado a esta compañía u otras similares.

Una empresa de estas características tiene múltiples alternativas para enfrentar las crisis, la primera de ellas es el ajuste de costos fijos a la nueva realidad, luego de lo cual puede levantar fondos del sistema financiero internacional donde calificadores como Moodys y Fitch Rating consideraron un BA3 y BB- respectivamente al cierre del 2019, puede dar liquidez a sus activos fijos, vender acciones, postergar el pago de dividendos entre otras múltiples alternativas que le permitan capear la crisis.

Joseph Alois Schumpeter, uno de los más destacados economistas de la primera mitad del siglo XX, explicó el proceso de destrucción creativa en el mundo empresarial que en términos simples se podría explicar con el siguiente refrán “A rey muerto, rey puesto”; es decir que si esta multinacional no logrará superar la crisis, al poco tiempo –quizá inmediatamente- sería reemplazada por otras empresas dispuestas a asumir su lugar debido a que representa una oportunidad de ganancias para el capital.

Finalmente, debemos evitar el fenómeno popular del siglo XX conocido como la nacionalización de las perdidas y la privatización de ganancias. Si se debe recurrir a subsidios, créditos con tasas preferenciales, subsidio de planillas y otros a cargo del MEF con dinero de todos los peruanos contribuyentes, debe ser por periodos cortos y destinado fundamentalmente a apoyar a las micro y pequeñas empresas y a los trabajadores. Así que esta vez NO señores de Latam.

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