La líder de la izquierda peruana Verónica Mendoza propuso cobrar un impuesto de 1% a las grandes fortunas en el Perú con la finalidad de recaudar la suma de 40 millones de soles, tal como están haciendo países como España, Francia, Argentina, Colombia y Uruguay, según ella manifiesta.
En primera instancia considero que ver cómo actúan otros países para emular sus medidas sin realizar un análisis previo de nuestra situación es un rezago del colonialismo intelectual muy presente en profesionales latinoamericanos.
¿Qué tan pertinente y eficaz puede ser esta medida?
Para responder estas inquietudes es necesario recurrir a la teoría económica y es muy importante analizar la función de los gobiernos en relación al ciclo económico.
La economía de los países transita casi permanentemente entre periodos de recuperación, auge, recesión y depresión de su crecimiento económico debido a factores estructurales internos y externos del sistema económico. Los periodos de recuperación y auge se caracterizan por su dinamismo en la generación de empleo, disminución de niveles de pobreza y otros similares; mientras los periodos de recesión y depresión se caracterizan por la pérdida de dinamismo, pérdida de empleos y el deterioro de los niveles de bienestar de la población.
Producto del estrangulamiento de la economía requerido para controlar el avance de la pandemia, la economía nacional intempestivamente atravesará por una recesión que según mis cálculos podría ser del 4% al 5% del PBI en relación al 2019. Ante este infeliz escenario el MEF y el BCR cuentan con herramientas de política fiscal y monetaria que permitan contrarrestar la tendencia del ciclo económico. –Que esta vez no tiene causas económicas, pero si consecuencias de esta naturaleza-
Ante este escenario, las autoridades económicas del país pueden adoptar dos clases de medidas: las pro-cíclicas o las contra-cíclicas. El uso de medidas pro-cíclicas han demostrado ser contraproducentes para el desempeño económico, como sucedió durante la crisis del 29 donde se aplicaron políticas monetarias contractivas que solo pronunciaron la gravedad del problema, por lo cual es casi unánime entre los especialistas la necesidad de implementar medidas anti-cíclicas que permitan “luchar contra el ciclo” y darle estabilidad con tendencia creciente.
Por lo tanto, la única alternativa de política viable es la anti-cíclica, cuya eficacia estará en función a la fortaleza de los fundamentos financieros del país y a la previsión de escenarios de esta naturaleza económica con años de antelación. –Sin esta condición en la práctica los gobiernos no cuentan con ninguna alternativa-
En esa línea analítica, cuando un país enfrenta problemas de recesión corresponde implementar medidas de política monetaria y fiscal expansiva que permitan la salida o mitigación del ciclo, por ejemplo la reducción de los niveles impositivos, disminución de la tasa de interés de referencia, incremento del gasto público entre otros para reactivar la economía.
Adicionalmente el gobierno debe alentar las inversiones generando estímulos para ello, destrabar proyectos demorados, combatir la sobre-regulación entre otros que mantienen asfixiadas las fuerzas productivas del país.
La iniciativa de Verónica Mendoza en términos económicos consiste en aplicar políticas pro-cíclicas en plena recesión, lo cual solo agravará los problemas económicos del país. Lo que necesitamos de los grandes capitales privados ahora más que nunca es que inviertan en proyectos en el Perú
¿Faltan recursos financieros para el sector público? NO. No olvidemos que los niveles de gasto público de las diferentes instancias de gobierno casi nunca llegan a niveles siquiera cercanos al 80%. No tenemos un problema de falta de dinero para el sector público, sino incapacidad de gasto en los tres niveles de gobierno.
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